«Asalto y robo de un tren» de Edwin S. Porter podría considerarse la película donde los hechos delictivos son, por primera vez, su argumento. Una banda de atracadores, con asesinatos y violencia muy explícita, asalta un tren. En realidad es un western, pero las líneas son difusas, inexistentes en esta época, pero se la podría considerar como precursora del cine negro.
Con tan sólo 10 minutos de duración, Edwin S. Porter, integró en esta cinta la emergente teoría del cine. Por una parte, la puesta en escena desarrollada por Méliès, del que era un admirador, y el descubrimiento inglés del montaje para consolidar el cine como técnica narrativa. Lo utilizó para contar cosas. Con ello dotó al cine de la magia de poder provocar unos sentimientos en el espectador, experiencias de emociones, que crea lo que se está contando en pantalla. Plantea una historia completa con un desarrollo narrativo y una tensión dramática nuevas para el espectador de la época.
Es pionera por muchos otros motivos, el primer filme dramático de la historia del cine, el primer western y, al mismo tiempo, la primera película de temática criminal.
Y la primera vez que el espectador queda fascinado y seducido, se siente partícipe de lo que sucede ante la pantalla de los primeros nickelodeones. Su sugestión quedó patente sobre todo en dos escenas. En una, un protagonista cae del techo de uno de los vagones del tren lo que provocó gritos entre los espectadores que nunca habían visto nada igual. También impresionó sobremanera la imagen del pistolero disparando a cámara, muy realista y creíble para la mentalidad precinematográfica del público de inicios del siglo XX.
Técnicamente, aún cuando muchas escenas (la película sólo tiene 14 escenas) se interpretaron de frente al espectador, como en el teatro, algunas de ellas se desarrollan «en profundidad», alejándose o acercándose los personajes a la cámara, novedad todavía no experimentada.
La película fue un gran éxito. Con Porter, el cine aprendió a narrar.
Aquí tienes el guión de la película en inglés.
El negativo de la cámara original todavía existe en excelentes condiciones en la Biblioteca del Congreso de los EEUU.
Increíble. Toda una historia en 10 minutos ¡en 1903! Y no se mueven como Charlot sino con toda naturalidad. Me encanta el tono sepia y lo bien conservada que está. El disparo final todavía estremece.
Gracias, Josevi. Una auténtica joya.
Un beso.
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Si, una joya para los que amamos el cine. Me llamó la atención la Biblioteca del Congreso de EEUU que la exhibe en su web. Un saludo.
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El cine comenzó a contar historias y a implicar al espectador. ¿Imaginas la expresión de sorpresa o, incluso, el susto de aquellos primeros espectadores? Que te dispararan a la cara desde una pantalla iluminada por un proyector de luz era algo completamente inconcebible para la mentalidad e imaginario visual de la época.
Yo siempre he pensado que, en realidad, el cine es magia. ¿O no?
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Por supuesto Txaro, el cine siempre es magia e ilusión. El impacto de la última escena fue brutal para la época. Como curiosidad, el productor Edison proporcionó la elección a los distribuidores de proyectar esta escena tanto al final como al principio. La mayoría lo hizo al final por su efecto impresionista en la gente. Un saludo. Amunt Moon.
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