Érase una vez una reunión de poderosos sin escrúpulos que tenían un problema que esconder. Un inconveniente que habían de minimizar. Ellos ya sabían que eliminarlo era imposible. Lo habían intentado por todos los medios.
Se trataba de intentar hacer pasar desapercibida la noticia del ingreso en prisión de uno de los miembros de la familia real de un país, muy, muy lejano. No se podía permitir que nuevos hechos ensuciaran una ya de por sí deteriorada imagen arrastrada por generaciones anteriores.
Aplicaron el principio de la disolución. Mezcla el veneno entre muchas otras sustancias y puede que pase inadvertido o por lo menos estará más disimulado.
Con una guardia pretoriana, preparada y dispuesta a cualquier operación, pusieron el marcha el plan. Había que crear noticias que captaran la atención mediática, distrajeran sin hacer mucho daño a nadie. Títulares de periódicos, de magazines y noticiarios televisivos.
Primera noticia. La dimisión de un ministro que fue nombrado hace siete días. Un golpe para centrar la atención de todo una jauría de políticos ofreciéndoles carnaza y propaganda. El motivo, una simple multa de Hacienda que coincidiría, exacta y casualmente, palabra por palabra, con las declaraciones que el presidente del gobierno de este país realizó hace un tiempo sobre la famosa raya roja intraspasable que tanto estaba de moda. Conseguido.
Segunda noticia. ¿Algo atrae más que el deporte? Destitución del seleccionador nacional de fútbol a dos días de comenzar un mundial de fútbol. Las esperanzas de mucha gente destruidas por cuestión de pelotas. Con esto hay más entretenimiento que con el propio juego del fútbol, del que por supuesto no nos van a privar. Menuda oportunidad de crear sentimientos de pertenencia nacionales y de intereses comunes que un buen mundial de fútbol. ¿La prueba?. Todos los países participan. Negocio seguro, además. Conseguido.
Tercera noticia. Para aquellos alternativos, honestos despreciadores del consumismo que nos acecha en cada rincón de esta rica sociedad, su noticia, verde y solidaria. Hecha a su medida. Un grupo de desgraciados migrantes que a pesar de su desdicha tuvieron la suerte de subirse al barco adecuado en el momento adecuado. Desplegad vuestros espíritus solidarios, demostrad que la vida de un ser humano es lo que verdaderamente importa al margen de ministerios culturales y federaciones de deportes varias. Conseguido.
Vaguemos por la felicidad y si no, al menos, por lugares que nos permitan convencernos hipócritamente de que estamos luchando por nuestros propios convencimientos y tenemos la conciencia tranquila y ejercitada. Conseguido.
Y mientras aquellos irán haciendo. Menos mal que esto es ficción y nunca sucedió, en ningún lugar ni en ningún momento.
Saludos.
Este post es el primero de una nueva sección: COMEDURAS, donde yo mismo y aquellos de vosotros que lo deseéis podremos dar rienda suelta a lo irreal de esta realidad, a pesar de ser producto de nosotros mismos.