Miss Sherlock. Serie. 2018

No vamos a descubrir ahora quienes son Sherlock Holmes ni su querido Watson. Ni a enumerar sus iconos y talantes ante la investigación policial y la vida misma en el Londres victoriano y eduardiano.

Ya hemos visto además muchas adaptaciones de sus relatos en películas y series para poder comparar y valorar, como el Sherlock protagonizado por David Cumberbatch o el de Elementary interpretado por Jonny Lee Miller.

No soy un gran amante, algunos me perdonen, del detective creado por Sir Arthur Conan Doyle, pero me fastidia mucho ver como se maltrata su imagen y se frivolizan sus historias, incumpliendo el mandamiento: «No tomarás el nombre de Sherlock en vano». Así me lo enseñaron sus discípulos. Conozco a más de uno.

Es lo que pasa con Miss Sherlock. Han trasladado los casos criminales a la actual Tokio y los han puestos en las manos de dos mujeres que interpretan a Holmes y Watson respetando los papeles originales, Holmes como colaborador extraordinario de la policía y Watson que le asiste, un repatriado de zona de guerra, en este caso Siria. Por lo demás nada que decir. Cumple planteamiento.

Sin embargo, ya que ambos personajes recaen por primera vez en mujeres podían haber puesto un poco más de empeño en cuidar la trama que flojea hasta extremos que hacía tiempo que no veía: ¿os imagináis una ama de casa, sólo ama de casa nada de ingeniera también, capaz de modificar chips e introducirlos en cápsulas para que sean ingeridas? ¿o todo un médico tomándose una cápsula, simplemente porque su mujer le dice que lo haga sin encontrarse siquiera mal para justificar los hechos? A eso llegamos. Si hace falta introducimos unos spaghetti en una taberna de Brooklyn, por recursos no será.

Pues eso, el poco interés en conseguir guiones que estén a la altura de tan insigne detective hace que unido a una Sherlock más maleducada que ingeniosa y una Watson más servil e incompetente que realista y asistente imprescindibles, consiguieron que no pudiera pasar del tercer capítulo de esta serie de ocho.

Creo que los japoneses tienen una calidad y sensibilidad extraordinaria para narrar historias y para utilizar la pantalla como medio de expresión de una manera magistral y brillante aportando momentos a la historia del cine, pero hay cosas como estos relatos de Sherlock Holmes que no han sabido hilvanar o incluso comprender, se les resisten. Una pena. Se ve, que la historia y la cultura de cada uno limita la capacidad para desempeñar un tipo u otro de creación artística. Cada uno tiene la suya.

Y si a mí consiguió disgustarme no quiero pensar como se lo tomarán otros amigos míos, discípulos, estudiosos y militantes del habitante del 221B de Baker Street.

Podéis ver este mero producto de consumo, si os atrevéis, en HBO. Os dejo el trailer, pero no os fieis de las apariencias.

La primera película de Sherlock. Sherlock Holmes baffled. Arthur Marvin. 1900

Sherlock_holmes_baffled_Todo_negro_josevi_Blender_2Y vamos retrocediendo, como si estuviéramos con las precuelas de una saga. Con ésta espero acabar con la trilogía. Ya hemos visto Asalto y robo de un tren e Historia de un crimen. Es el turno de Sherlock Holmes baffled, la supuesta primera película basada en tan entrañable personaje.

Como suponer, supongo que únicamente el título Sherlock Holmes desconcertado o perplejo (baffled) ha sido suficiente como para catalogarla como referente a don Sherlock. Si su director, Arthur Marvin, allá por 1900, la rodó y la llamó así, sería por algo. También hay quien apoya el título y el contenido añadiendo argumentos, digamos, circunstanciales. Juzguen. Y si no diviértanse. Lo merece.

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Este argumento se basa en la propia vestimenta que luce el señor Holmes en la película. Una bata del mismo estilo (necesito a alguien que lo aclare) que lucía el actor William Gillette, en sus obras teatrales basadas en la afamada figura, cuando transitaron del medio escrito al medio visual.

Guillette fue el primero que, además de interpretar al personaje en teatro, escribió adaptaciones de las obras de Conan Doyle para este medio. Fue también él quien llevó a los escenarios los arquetipos perteneciente a la estética holmesiana: la pipa y su conocido gorro de cazador. Este último fue introducido por un gran ilustrador de la época, Sidney Paget, allá por 1891 en la revista The Strand. Seguiría ilustrando durante muchos años los relatos de Conan Doyle en esta publicación. Detective por los tiempos de los tiempos. Amén.

Pero volvamos a la película, cinta, documento gráfico, o como queramos clasificarla. En ella está, parece ser, la primicia de todas las creaciones cinematográficas posteriores de uno de los personajes más conocidos y estimados del género más universal que se conoce, el policial.

mutoscopio_Todo_negro_josevi_BlenderEn cuanto a su producción y realización, el medio material utilizado fue la fotografía. A pesar de que se rodara en cinta, su montaje se realizó a partir de capturas de fotogramas para su posterior emisión en otro de los gérmenes del cine, en este caso técnico. Fue el mutoscopio la técnica elegida para su reproducción, desarrollada por Harry Marvin, hermano del director,. En el mutoscopio, las imágenes eran simples copias de fotografías en blanco y negro. pero en vez de ligar las imágenes como un pequeño libro, éstas eran colocadas en un cilindro.

Se creía desaparecida, pero fue descubierta en 1968 con sus fotogramas impresos en papel en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. En estos momentos se encuentra pendiente de ser clasificada en el registro cinematográfico del mismo.

Nunca nos acostaremos sin saber una cosa más…del cine.

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Podéis verla íntegramente aquí, son 51 segundos: